Y es que a parte de los tres grandes museos: Prado, Reina Sofía y Thyssen, que por supuesto son unos de los grandes albergues culturales del país, existen muchos más rincones con encanto para los amantes del arte. Uno de ellos, con el que me llevé una grata sorpresa, es el Museo Sorolla de Madrid, situado en el centro de la capital.
Este espacio fue la casa del artista y su familia a partir de 1911, convirtiéndose en museo en 1932 después de que Clotilde, la viuda del artista, donara todos sus bienes al estado español. Por ello, a parte de encontrar gran parte de la obra del pintor, paseamos por la que fue su espectacular casa, la cual te impresiona nada más entrar.
Una de las conclusiones que saqué al ver la habitación de la foto de arriba es que ni siquiera es necesario que seas un gran amante de la pintura para que te guste este sitio...
Además, la casa tiene tres jardines, uno de ellos inspirado en los jardines granadinos, con los que Sorolla estaba maravillado, pero de los que no tengo fotos pues no hacía muy buen día y no se les habría hecho justicia.
No obstante, para más información, ésta es la página web de museo http://museosorolla.mcu.es/index.html en la que incluso se puede realizar una visita virtual. ¡Espero que os haya gustado y os animéis a visitarlo!